martes, noviembre 18, 2008

En Monterrey...

DISOLUCIÓN SOCIAL
Esta legendaria banda está de vuelta para celebrar sus 20 años de ruido y acción subterránea. Un grupo adelantado a su época: lírica y musicalmente.
Fue una de las primeras agrupaciones que no sólo criticó los errores de un sistema autoritario y represor, sino también los errores de la escena misma, presionando siempre el dedo en la llaga y proponiendo primero un cambio personal e interno, en la cotidianidad de la vida diaria y en la manera en la que nos relacionamos con la sociedad, con el vecino, con la familia, antes de intentar cambiar el mundo. Actitud que hoy conocemos como micropolítica dentro del postestruralismo francés. Es bueno saber que están de vuelta.

"Yo no cambiaré al mundo, tan sólo quiero cambiar yo..."
Disolución Social

miércoles, noviembre 05, 2008

En Hermosillo

Prostitución y drogas... más allá del bien y el mal

Penalizar la prostitución y el uso de drogas no es sino una forma de control social, una dictadura ideológica maniquea judeocristiana donde el placer es sinónimo de pecado, decadencia, y por lo tanto, merecedor de un castigo.
La despenalización de las drogas implicaría un descalabro del narcotráfico y de su negocio, dejando de lado esta eterna guerra entre carteles y autoridades que en más de una ocasión ha cobrado vidas de civiles (consumidores y no consumidores) y que actualmente suma, de manera indiscriminada, nombres a la lista de conteo de bajas en todo el país.
La despenalización de la prostitución detendría su clandestinidad que obliga a los y las trabajadoras sexuales a arriesgar su vida, les ayudaría a no depender de un proxeneta, a no sufrir abuso policiaco, a no ser encarceladas, a tener un mayor porcentaje del dinero ganado, a recibir derechos laborales, servicio médico y evitaría la propagación de enfermedades venéreas. ¿Por qué algo como el sexo que gratis no es ilegal lo es cuando hay dinero de por medio?
La verdad es que lo que haga yo con mi cuerpo es sólo asunto mío, no del Estado, no de la Iglesia, no del vecino: mi cuerpo es mío y de nadie más. No se trata sino de derechos humanos básicos.